Empresas Sanitarias Nacionales Siss Superintendencia De Servicios Sanitarios

Aguas San Pedro S.A., se proyecta como una empresa que, dentro del sector sanitario, crece y amplía sus áreas de concesión, alcanzando altos niveles de competitividad y eficiencia. Cumpliendo con los estándares de calidad y protección ambiental establecidos por la legislación chilena. A la fecha la sociedad se encuentra operando y realizando la explotación de los servicios de Producción y Distribución de Agua Potable y la Recolección y Tratamiento de Alcantarillado en sus concesiones de servicios sanitarios, distribuidas en 7 comunas y 5 regiones de nuestro País.

Al mismo tiempo, se produjo el fenómeno migratorio del campo a la ciudad, que llevó a una notoria expansión de la población urbana, desde un 60% en 1952 a un 75% 1970. Esta población migrante se concentró en las ciudades capitales de provincias y, especialmente, en la capital del país, Santiago, que aumentó su población de 1,3 millones en 1952 a 2,7 millones en 1970, como se observa en la tabla 4. Vale decir, se seguía apostando por el modelo de subsidio universal con tarifas inferiores al costo de provisión de los servicios. A pesar de estas restricciones presupuestarias, el siguiente gráfico nos muestra las importantes inversiones de la DOS en obras sanitaria entre 1965 y 1976, las que promediaron US$68 millones anuales en dicho periodo. Una innovación era la posibilidad de que los servicios públicos de agua potable y alcantarillado pudieran ser administrados por privados. Para esto se debía presentar un anteproyecto al presidente de la República, quien aprobaría la concesión por un plazo de 10 años.

Respecto del servicio de alcantarillado, todas las ciudades con más de diez mil habitantes contaban con el mismo, cumpliéndose con la meta establecida, y se avanzaba con las ciudades de entre 5 y diez mil habitantes. Tan temprano como en 1937, el presidente de la república reportaba que “no hay población en el país con más de 5,000 habitantes que carezca de agua potable, y superior a ten,000 habitantes que no disponga de alcantarillado”92. A partir de 1995 el gobierno concertacionista de Eduardo Frei Ruiz Tagle desarrolló una política económica para generar un proceso sistemático de privatización del sistema sanitario estatal. Las tarifas que surgieron tras la aplicación del nuevo modelo tarifario fueron demasiado elevadas conforme a las vigentes, razón por la cual se procedió a establecer su aumento paulatino hasta alcanzar la tarifa actual en un plazo de 5 años. En 1996 se realizó una nueva alza de tarifas conforme el nuevo modelo tarifario, esta vez sin considerar un alza gradual.

empresa de agua potable y alcantarillado

En 1989 casi un 99%124 y un 83% de la población urbana ya era abastecida con agua potable y alcantarillado, respectivamente (Tabla 5), ubicando a Chile entre los mejores países de la región, lo que era exhibido como un logro por el régimen dictatorial125. Por su parte, se observa también un acelerado proceso de convergencia regional para ambos servicios (Tabla 6), muy distinto a la situación mostradas en los gráficos 1, 2, 3, four, 6 y 7. Las tasas de crecimiento de cobertura urbana de agua potable y alcantarillado fueron las más altas del siglo126. Tras el retorno a la democracia, con los gobiernos de la “Concertación” el impulso privatizador del sistema sanitario estatal se suspendió, tanto por la presión de los sindicatos de las empresas sanitarias como de sectores de la alianza gobernante. De esta forma las empresas sanitarias estatales comenzaron a operar conforme normas pensadas para el sector privado, las cuales les ofrececían una serie de incentivos y herramientas para mejorar su gestión.

Constituirían las entradas de las empresas de agua potable y alcantarillado, el producto de la contribución de desagües establecido por la ley de 1896, y el producto del consumo del metro cúbico de agua potable, cuyo precio era fijado por el Estado. Asimismo, se dictarían los reglamentos necesarios para la explotación de los servicios de agua potable y alcantarillado, con el fin de garantizar su conservación y de que sus rentas se destinaran a su mejoramiento y ensanche. Sobre estas bases se estructuró la intervención del Estado en el suministro de agua potable y alcantarillado de las ciudades y pueblos del país, quedando fuera de esta intervención el mundo rural y los pueblos con menos de cinco mil habitantes, los que representaban, sin embargo, alrededor del 70% de la población chilena en aquella fecha.

Las tarifas eran establecidas sobre una base de subsidios cruzados entre las regiones del país, en orden a satisfacer las necesidades de la población, sin considerar el costo actual de prestar el suministro”121. La mayor inversión del MOP estuvo relacionada con asegurar el suministro de agua potable para la megaciudad en que se estaba convirtiendo Santiago. En 1953 se inició la construcción del embalse El Yeso, situado a unos 2.600 metros de altura al este de la capital, el que permitiría acumular hasta 250 millones de metros cúbicos de agua, asegurando el suministro por todo el siglo XX.

Efectivamente, la ley 3.092 de 1916 señalaba que, en todas las poblaciones dotadas de servicio de agua potable por el Estado o las municipalidades, sería obligación de todos los propietarios instalar arranques domiciliarios para el servicio de sus respectivos inmuebles. Por último, establecía multas para quienes no pagaran el servicio y los mecanismos para su cobro por vía judicial66. En 1889 la Comisión de Higiene Pública fue reemplazada por el Consejo Superior de Higiene Pública, institución dependiente del ministerio del Interior. Sin embargo, su instalación fue dificultosa por el advenimiento de la Guerra Civil de 1891, que llevó a su suspensión. En 1892 se refundó el Consejo Superior de Higiene Pública y se creó el Instituto de Higiene, debiendo trabajar coordinadamente ambas instituciones para velar por la salubridad e higiene nacional. El primero era un órgano consultivo donde convergieron médicos, ingenieros y políticos, que estudiaban y proponían al gobierno medidas para avanzar en la salubridad pública.

Una vez que la instalación se ha completado con éxito, es importante mantener y cuidar continuamente el sistema de agua potable y alcantarillado. Esto implica realizar inspecciones regulares, limpiar las tuberías, mantener los dispositivos de plomería en buen estado y estar atento a cualquier señal de problemas o mal funcionamiento. Una vez que las tuberías están correctamente colocadas, es el momento de realizar las conexiones y las pruebas del sistema. Esto implica conectar las tuberías a las fuentes de agua potable, los dispositivos de plomería y el sistema de alcantarillado público o séptico.

También se creó la Superintendencia de Servicios Sanitarios, como un organismo eminentemente técnico, normativo y fiscalizador del sistema sanitaria público y privado138. El gráfico 16 muestra la participación de enfermedades propias de la pobreza dentro del complete de muertes de Chile. Durante el periodo de funcionamiento del DOS, dicha dirección tuvo que enfrentar un fenómeno demográfico y migratorio fontaneria y plomeria es lo mismo (principalmente interno) que definió en gran medida su política de inversiones. Por una parte, la población nacional tuvo una gran expansión demográfica entre 1952 y 1970 (producto de una notoria baja en la tasa de mortalidad, en parte a raíz de las mejoras en alcantarillado y provisión de agua potable), con una tasa de crecimiento sobre el 2%, aumentado la población en casi tres millones de habitantes (tabla 4).

¿Quiénes están eximidos de pagar los costos de conexión a la purple de agua potable y alcantarillado? Las viviendas sociales de hasta 750 Unidades de Fomento (UF), que se financien en parte o totalmente con subsidios otorgados por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu). La producción de agua potable comienza con la extracción de agua desde los seis pozos que la empresa posee ubicados en distintos puntos de Hanga Roa. El agua, sin tratamiento, es impulsada hacia 6 estanques de acumulación, dos ubicados en Rano Kau de 350 y 500 m3 de capacidad respectivamente, dos instalados en el sector de Arapiki con capacidades de 300 y 250 m3 cada uno, un estanque de a hundred fontanero english m3 ubicado en Puna Pau y el último que abastece de agua potable a la zona rural ubicado en Vaitea de 250 m3 de capacidad. El agua que se extrae e impulsa a los estanques de regulación pasa primero por un proceso de desinfección, conforme a las normas sanitarias, y finalmente es distribuido por gravedad a los hogares de la Isla a través de seventy three km de tuberías (tuberías de PVC, rocalit, HDPE y cañerías de cobre). Nuestros valores como empresa son los propósitos que orientan a cada uno de nuestros colaboradores y nos mantienen unidos a objetivos comunes.

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