Entre 1989 y 1990, el precio medio del agua en Santiago había ya subido un 50% en un año, y entre 1989 y 1996 el precio medio para la empresa EMOS subió del 77% (en pesos de 1995). Descontando los préstamos del Banco Mundial, las inversiones contratadas por EMOS con sus fondos propios pasaron de US$ 6 millones al año, entre 1987 y 1989, a cerca de 20 millones en 1990, 32 millones en 1991 y a 40 plomero industrial millones promedio al año entre 1992 y 1996 (US$ de 1996) (Shirley et al.,2000). 156Chile fue el primer país de la región en alcanzar un 100 percent de cobertura en tratamiento de aguas servidas urbanas.
En otros casos, empresas privadas realizaban aportes para complementar las obras financiadas por el fisco, como fue el caso en Tomé de la empresa native Fábrica de Paños de Tomé84. Al año 2015, de las 20 repúblicas latinoamericanas, solo 3 tenían acceso “básico”1 casi common (i.e. más de 99% de la población) a agua potable “mejorada”2 y provista por cañerías (Chile, Costa Rica y Uruguay). Para el mismo año, dentro de Latinoamérica, solo Chile disfrutaba de una cobertura casi universal de acceso (no compartido) a servicios básicos de deposición de excrementos, teniendo además la tasa más alta de conexión a sistemas de alcantarillado3. Finalmente, Chile también disfruta hoy del mayor porcentaje de tratamiento de aguas servidas de la región (siendo common en áreas urbanas), muy distante de la mayor parte del resto de los países latinoamericanos en este último indicador. Con todo, es posible concluir que, dentro de la región, Chile disfruta hoy del mejor acceso a servicios de agua potable, alcantarillado y tratamiento de aguas residuales urbanas, alcanzando la casi universalidad en cada uno de estos tres indicadores desde el año 2012, ubicando a dicho país casi al mismo nivel que cualquier país desarrollado. Esta desigualdad se debe principalmente al hecho de que el proceso liderado por el estado entre fines del siglo XIX y fines del XX estuvo restringido por la disponibilidad de recursos financieros del estado.
En este contexto, que revela el contraste entre el perfect moderno de los países del norte y los problemas de accesibilidad a los servicios esenciales por parte de los países de sur, Chile constituye un caso de excepción, caracterizándose simultáneamente por fuertes desigualdades sociales y espaciales, y por un acceso generalizado a servicios esenciales2. El proceso de universalización del acceso a los servicios urbanos refleja, en Chile, el despliegue de un best de infraestructura moderno en una ciudad fuertemente segregada, bajo el efecto de políticas de la vivienda y dinámicas residenciales de largo plazo. Esa fase de universalización puede delimitarse temporalmente entre 1970, cuando se rompe el crecimiento de la inaccesibilidad a los servicios, y 1995, fecha en que se completa la cobertura de red de alcantarillado. RESUMEN ¿Cuáles son los factores que explican la universalización de las redes de agua y de saneamiento en Santiago de Chile? Analizaremos los papeles respectivos de las políticas de la vivienda y de las primeras reformas del servicio en la universalización del acceso al agua potable a lo largo de los ochenta. En una segunda fase, destacaremos las dificultades que trae para estas redes el crecimiento urbano del Gran Santiago en los ochenta, las que generan una segunda ola de reformas.
Las políticas urbanas y sociales ofrecieron las condiciones para el equilibrio y la universalización del mercado urbano de agua potable. Contrariamente a otras ciudades latinoamericanas, como Buenos Aires o La Paz, la privatización del servicio en Chile no buscó incrementar el acceso al servicio; al revés, la universalización de las redes de agua y de saneamiento permitieron al Estado valorizar el capital de su empresa pública. Es así como, en 1999, el 51% de los activos de EMOS son vendidos al consorcio Aguas de Barcelona-Suez por el importe récord de US$ 960 millones.
Empero, por largo tiempo el mundo rural mostraba, comparativamente con el urbano, magros resultados dado los escasos niveles de inversión en obras sanitarias. Sin embargo, entre 1965 y 1976 el Estado, aunque manteniendo su política de subsidios, aumentó significativamente los niveles de inversión en obras sanitarias urbanas y rurales, logrando aumentar la cobertura urbana a un seventy seven,4% en agua potable y a un forty seven,4% en alcantarillado. Asimismo, gracias a un programa de agua potable rural, con apoyo del BID, se había alcanzó una cobertura de agua potable de la población rural concentrada de un 47,8%.
En este artículo, te proporcionaremos una guía completa sobre los pasos fundamentales y los aspectos clave que debes tener en cuenta al realizar una instalación exitosa de agua potable y alcantarillado. Aprenderás sobre los requisitos, los materiales necesarios, las normativas y recibirás consejos prácticos para asegurar un sistema eficiente y seguro. 125En el Discurso Presidencial de 1983, por ejemplo, Pinochet se vanagloriaba de estar “a la vanguardia en América Latina en esta materia”. Asimismo, en el Discurso Presidencial de 1988 sostuvo que “la cobertura de agua potable en población urbana, que en 1970 solo alcanzaba a un 66,5%, llega hoy a un 97% de los hogares chilenos”.
Por su parte, los edificios y conjuntos habitacionales acogidos a la ley de copropiedad inmobiliaria, cuentan con un medidor basic instalado en la línea oficial de la entrada del inmueble y deberán contar obligatoriamente con remarcadores para cada departamento o inmueble con la finalidad de realizar la medición del consumo personal y de los espacios comunes. El agua potable se tiene que fabricar, se tiene que producir a partir de agua natural o cruda que es captada de forma superficial (en ríos, esteros, lagunas) o de forma subterránea (mediante pozos por ejemplo) . Si se obstruye la instalación domiciliaria de alcantarillado, la cual comprende desde los artefactos hasta la última cámara domiciliaria, inclusive, la solución será de responsabilidad del cliente, por lo cual deberá contratar con la empresa sanitaria o con un explicit fontaneros cercanos dicha solución, con el consiguiente costo a su cargo. Establecimiento educacional deberá limpiar, al menos una vez al año, los estanques de almacenamiento de agua potable.
Para obtenerlo, el urbanizador, que puede ser un comité de vivienda social, por ejemplo, debe solicitarlo a la empresa sanitaria respectiva. Al entregarlo, la empresa certifica que es viable instalar los servicios de agua potable y alcantarillado en su población, lo que a su vez constituye un compromiso por parte de la empresa de realizar las obras. Cuando se construían loteos de casas en zonas donde no hay agua potable ni red de alcantarillado en el límite urbano, quien construía tenía que pagar un aporte financiero reembolsable, es decir los costos de acercamiento y de conexión a los servicios, además de los costos propios de la nueva red. Por lo basic estos costos recaían en los propios comités de viviendas, lo que a veces significaba pagar un precio mayor en relación al costo de la vivienda.
Sin embargo, el comienzo del fin de dictadura tras el plebiscito de 1988 y, el posterior retorno a la democracia tras la elección presidencial de 1989, no generaron un ambiente político y empresarial idóneo para tales efectos. Lo que sí señalaron estas reformas fue el fin de la acción del MOP en el desarrollo del sector sanitario a través del SENDOS, que desde 1953 a 1990, logró aumentar sostenidamente la cobertura urbana de agua potable del país. A pesar de estos avances, persistía una deuda histórica en materia de cobertura de alcantarillado, incluso para poblaciones urbanas.
Particularmente activo fue el gobierno de Frei Montalva, que gracias a la implementación de un plan quinquenal103, logró aumentar en más de 40 los servicios de agua potable administrados por el fisco104. En total, bajo la presidencia de Frei Montalva, se instalaron más de medio millón de nuevos arranques domiciliarios, y 322 mil arranques domiciliarios de alcantarillado en el sector rural chileno105. Los servicios de agua potable y alcantarillado administrados por la Dirección solo alcanzaban a financiar sus gastos operacionales, pero no amortizaban sus inversiones e interés involucrados, razón por lo cual estaban en constantes déficits. Esto se debía a las bajas tarifas que fijaba el gobierno, las cuales se explicaban, según el director de la Dirección, porque “el Supremo Gobierno ha querido mantener la política de no ver en estos Servicios una fuente de entradas, sino un medio para mejorar el estado higiénico del país”93. En vista de lo anterior, las inversiones para la expansión de los servicios de agua potable y alcantarillado seguían siendo financiados vía ley de presupuestos, que asignaba anualmente partidas para este fin94.